viernes, 12 de marzo de 2010

La esperanza de la cumbre

La esperanza de la cumbre.

Quisiera dedicar este post a una persona a la que quiero mucho, y que hoy está peleando por recuperar la esperanza de alcanzar su cumbre, cuyo nombre me reservo por respeto. Así que para vos…, con todo el cariño que ya sabés que te tengo, y para todos aquellos que están luchando por recuperar la esperanza de alcanzar su cumbre, van estas líneas.

Hace un par de semanas comencé a leer un libro, “La Divina Comedia”. Claro…, no hubo forma, no lo terminé…. Pero ese es otro tema. Lo que hoy quiero compartir con ustedes es una única frase que rescaté, y en honor a la verdad, ni siquiera fui yo quien la descubrí. Una querida amiga la comentó y a mi me disparó una serie de ideas que hoy me gustaría compartir con ustedes. Dice Alighieri:
Tantos pesares ésta me produjo,
con el pavor que verla me causaba
que perdí la esperanza de la cumbre

A caso la vida no es eso? Una montaña que escalar con el único objetivo de llegar a la cumbre?
Y cual es esa cumbre? Cual es tu cumbre?
Puede ser emprender o terminar algún estudio, concretar un plan de trabajo (esa es mi cumbre en este tiempo), casarse, tener hijos, alcanzar el éxito en un proyecto personal, ver hecho realidad algún sueño, salir de una depresión, recuperarse de una desilusión, una frustración… No sé… podés ponerle el nombre que quieras, el nombre de tu cumbre.
Y comenzamos a subir… a escalar. Emprendemos nuestro camino en pos de esa cumbre con todas las ganas, con toda la esperanza de alcanzar nuestra meta aunque sabemos que no será fácil.
Y entonces sucede… de pronto algo ocurre, repentinamente se nos presenta un obstáculo, una enorme grieta se nos cruza en el camino, un abismo que creemos nunca podremos salvar. A este precipicio también podés ponerle el nombre que quieras, miedo, desánimo, un repentino fracaso, engaño, desilusión, mentira, hay infinidad de nombres que darle no?
Y ahí nos quedamos, paralizados por el miedo y el dolor que nos genera esa situación. Y entonces es cuando sucede… Estamos tan contrariados, tan afectados por el problema que tenemos en frente, que perdemos la esperanza de llegar a la cumbre. Pensamos que no hay forma de superar esa situación, el obstáculo que tenemos en frente nos hace perder de vista nuestra cumbre, nos roba la esperanza de conquistarla.
Que hacemos frente a esta situación? Bueno… tenemos para elegir. O nos quedamos mirando el abismo que se a abierto repentinamente a nuestros pies, compadeciéndonos de nosotros mismos y llorando porque perdimos nuestro sueño, haciendo de nuestras lágrimas nuestro pan de día y de noche como dice el Salmista (Salmo 42:3), o decidimos pelear por nuestra cumbre, luchar por recuperar nuestra esperanza de alcanzar la meta!
Claro, puede ser que en este instante me estés diciendo… quisiera elegir pelear por mi sueño, recuperar mi esperanza, pero no tengo fuerzas, no tengo ánimo, me falta la voluntad!
Bien… entonces te comparto mi secreto. Si me dejás, te muestro el camino que te permitirá cruzar tu abismo.
Primero, puede ser que te falte la voluntad porque el camino recorrido hasta ahora fue duro, complicado y requirió mucho esfuerzo. De modo que llegado a este punto estás realmente cansada/o. La solución? Muy fácil! Jesús nos dice, nos pide diría yo: Vengan a mi los que estén cansados que yo les daré el descanso que están necesitando (Mateo 11:28-30). Tu alma encontrará en él la paz y la fuerza necesaria para seguir adelante.
Segundo, puede que no sepas como cruzar al otro lado del precipicio, que no encuentres ni el camino ni los medios. Bueno… ahí está jesús nuevamente! Él dice: Yo soy el Camino (San Juan 14:6). Permití que Él se transforme en el camino, en el medio que te permita llegar al otro lado, a la cumbre de tu montaña. Dejá que Jesús le devuelva la vida a tus sueños, a tu esperanza de una vida, un futuro mejor!
Vos decidís…, o te quedás paralizado frente a tu obstáculo, o luchás por conquistar tu cumbre con la ayuda de Cristo… La elección es tuya…!

Que Dios los bendiga!

Andrea
Equipo de producción “DC”.

1 comentario:

  1. Linda frase de Dante! Yo lo terminé por amor propio, nada más jajaja

    Si bien yo pensaba que la cumbre es más bien Dios, la verdad es que hay muchas cumbres, bien comparas a la vida como una montaña.

    Me encantaron todos los ejemplos que pones como cumbres y como obstáculos.

    Y sí, coincido contigo, todos esos obstáculos nos paralizan de tal forma que no nos damos cuenta que a veces la cumbre está más cerca de lo que pensamos, que llegar a ella no es imposible y se nos cierra el mundo por lo que no nos fijamos en las vías alternas que nos permiten salvar el obstáculo o encontrar las herramientas que nos permitan derribarlo.

    Me encantaron tus soluciones a esa pérdida de la esperanza por alcanzar la cumbre. Quien tiene a Dios, todo lo puede.

    Un muy bello post, querida Andrea, Dante estaría muy orgulloso de lo que aprendiste de sus palabras.

    Un abrazo. Hilda

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